La noticia:
Se cree que las pintadas en sus instalaciones le cuestan a la compañía de
trenes cerca de 10 millones de dólares al año. Y por eso se tomaran medidas en
contra de los graffiteros que pintan dichas instalaciones.
Mi opinión:
Creo que los graffiteros se lo deberían pensar dos veces antes de asaltar
estaciones para pintar trenes y paredes, pero dicho arte en algunas ocasiones
tiene un punto de originalidad y creatividad muy alto.
En algunas ciudades este arte tiene toda una historia larga e interesante. Y
se podría decir que es un modo "peculiar" de decorar algunas
ciudades, pero en mi opinión esto no debe llevarse a cabo en ocasiones como
pintar trenes o paredes privadas y ajenas al pintor pero por otra parte creo
que se deberían de dar o ceder en alguna ocasión lugares (paredes) para que
estos artistas expresen su arte. Diría que son pintores de la calle.
Un saludo.